domingo, 30 de julio de 2017

Ẑabljak (parque nacional de Durmitor)

Desde Kotor cogí el autobús de las 11,30 directo hasta Ẑabljak (14 euros), que tarda unas cuatro horas. En realidad no es un autobús, sino una furgoneta, pero cada uno con su asiento y con aire acondicionado... según le venía bien al conductor, que era el que lo subía o lo bajaba según le daba.
Llegamos a Ẑabljak puntuales y lo primero que hice fue ir a comer a un restaurante que hay al lado de la estación de autobuses en el que se come muy bien y, como en todo Montenegro, por buen precio. El alojamiento ya lo tenía reservado de antes y después me fui a echar la siesta. Pasé el resto del día informándome sobre el parque y las excursiones que se pueden hacer.
Hice tres noches en Ẑabljak, así que me decidí por dos trekkings que me recomendaron en la oficina de turismo. La ruta de los lagos hasta el lago Jablan (Jablan jezero) y la cueva de hielo (Ledena pecina).
El primer día hice la ruta de los lagos. Para entrar en el parque nacional hay que pagar una entrada de tres euros. No hay descuento para dos días, pero, por lo que me dijo una pareja checa, para tres días cuesta seis euros. No sé si hay descuentos para más días.
Lo primero que tengo que hacer es quitarme el sombrero ante los responsables de la señailzación de las rutas. Realmente es una pasada, es casi imposible perderse. Las rutas (por lo menos las dos que yo hice, pero, por lo que em comentó más gente, vale para todas las del parque) están extraordinariamente marcadas. Da gusto. En cuaquier caso, nunca está de más, por si eres un poco torpe (y yo lo soy), llevar un mapa que puedas consultar offline por si acaso. Ya sabéis que yo tengo debilidad por maps.me, pero seguro que hay otros.
Una cosa buena que tiene Durmitor es que es para todos los públicos. Hay un paseo alrededor del lago Negro al que van familias con niños, gente que no está en forma, pero a la que le gusta disfrutar de la naturaleza, etc. Puedes bordear el lago y en total haces unos 5 km planos. Y luego hay rutas asequibles, chungas (medium-hard, las llaman) y chunguísimas (very hard). Las dos que yo hice eran medium-hard, aunque sospecho que la primera era medium y la segunda hard, pero me complace comprobar que aún estoy para hacer alguna ruta de estas (aunque el segundo día llegué bastante cansado).
La ruta de los lagos (hasta el lago Jablan), empieza en el lago Negro y va subiendo por entre bosques de abetos hasta el lago Zmijinje. Hasta ahí la ruta, aunque de subida, es bastante asequible, pero se pone algo mñas difícil para llegar al lago Jablan. Eso sí, el camino es presioso. Francamente, Durmitor es unos de los paisajes naturales más bonitos que recuerdo. El final del camino hasta el lago lo hice con una pareja checa que me comentó que ahbían subido al punto más alto del parque el día anterior, pero que les había parecido realmente duro, razón de más para reafirmarme en mi proyectada excursión a la cuenca de hielo (sin saber que también iba a ser bastante más duro que el camino de los lagos).


El lago Zmijinje
A la vuelta me junté con un grupo de españoles que estaban haciendo Albania-Montenegro. Como yo suelo tener suerte en los viajes, resulta que el guí que llevaban era albanés y hablaba perfectamente castellano, y me recomendó unos cuantos lugares que no debo perderme cuando llegue a su país y a quien, por supuesto, piensoi hacer caso.
Bajé un rato con ellos y fue una pena que estuvieran durmiendo en Kolasin y no en Zabljiak, porque me habría gustado tomarme unas cerveazs con ellos, pero bueno. 
Al día siguiente hice la ruta de la cueva de hielo. Yo pensaba que iba a ser un poco como la de los lagos, que, sin estar saturada, sí que te ibas encontrando gente por el camino. Pero en esta, después de la primera media hora, me encontré solo durante un buen rato (como una hora), así que, cuando vi que venía una pareja por detrás de mí, les pregunté si iban a la cueva y, al decirme que sí, me sentí más tranquilo. Me dijeron que no me preocupara, que si me pasaba algo ya cuidarían de mí. Es bueno saber que hay alguien cerca por si te pasa algo ( te puedes torcer un tobillo, desmayarte, etc.). Luego me junté con unos bosnios que iban un poco más rápido y con ellos llegué hasta la cueva. Tengo que decir que el último tramo, rocoso, era bastante duro. Los últimos pensamientos de los que tengo constancia antes de lleegar es "¿Dónde está la p. cueva?" y "¿Qué c. hago yo viniendo aquí?". 

Vista desde la cueva de hielo. Al fondo Zabljak. Parece que no, pero está lejos, lejos.
Empecé a bajar después de una pareja que parecía que iban bastante lentos, pero, no sé cómo ni por qué, acabé bajando por otro camino diferente al que había subido (cuando no era esa mi intención) y completamente solo otra vez. Únicamente me encontré a un niño pastor a mitad de camino con sus ovejas.
Con muchas más ganas que el día anterior llegué a Zabljak cansado, pero contento de haber hecho la ruta sin mayores complicaciones.
Al día sguiente me enteré de que ese mismo día, no sé si en la ruta de la cueva o en la del pico más alto que habían hecho los checos dos días antes, se murió una senderista checa, aparentemente experimentada, porque se salió del camino y se despeñó. Por lo tanto, mucho cuidado que no es broma.
Esa noche me fui a tomar una cerveza y es cuando vi la semifinal de waterpolo (ya me imaginaba una fiesta por todo lo alto, pero no pudo ser), y me fui a dormir pronto porque a la mañana siguiente tenía que coger el autobús de las 10 para Kolasin (con trasbordo incluido en Tara Bridge, es decir, en un cruce de caminos).

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