domingo, 25 de septiembre de 2016

Chengdu y Kunming

Llegué a Chengdu por la mañana, con el alojamiento ya reservado gracias a Booking y a la recomendación de una amiga, que había estado eal año pasado. La verdad es que el hostel (Flip Flop) está muy bien y bien situado, por lo que yo también lo recomiendo.

Chengdu lo recordaré como la ciudad de las chicharras. Hacía mucho calor y hacían un ruido ensordecedor a pesar de ser una de las grandes ciudades de China. En realidad, Chengdu es un sitio más que nada para hacer excursiones o de paso para otras zonas de China, como el Tíbet, pero yo pasé tranquilamente un par de días allí. Tiene un paseo por el río bastante majo y fama de hacer los mejores hotpots (eso sí, muy picantes) de toda China. En general, toda su cocina tiene fama, y la pude disfrutar en los puestos callejeros que hay alrededor del Flip Flop por unos precios baratísimos.


Puente de Chengdu sobre el río. Al fondo, rascacielos en los que probablemente viva más gente que en toda Tafalla

Como había ido en metro (con un coreano que conocí en la estación de Xi'an) hasta el Flip Flop y esta vez mi tren salía desde la misma estación, no tuve ningún problema para llegar a ella. Bueno, uno pequeñito, que fue que en la taquilla aitomática del metro intentaba sacar el billete y no había manera. Metía dos billetes de yuan (lo que costaba el trayecto) y me los devolvía sin saber por qué. Pues bien, el chico que había a mi lado me vio en problemas y me dijo (creo): "No admite billetes de uno. ¿No tienes otra cosa?" Y antes de que procesara la información, sacó un billete de metro, me lo dio y se fue. Para que digan que no son majos los chinos. Algo parecido me pasaría luego en el autobús de Lijiang.

Llegado a la estación sin más sucedidos y subido al tren sin problemas gracias a mi pericia en leer los números, tras otras 24 horas de viaje, esta vez en asiento duro de nuevo (repito, hay que ser previsor en China si quieres pillar litera), llegué a Kunming.

Kunming es otra ciudad grande china (aunque eso es un poco redundante) famosa por sus pagodas. La única razón por la que fui es que era un sitio de paso para ir a Lijiang y Dali, ciudades que aparecían recomendadas en todos los blogs. Aún tuve que volver una vez más, aunque ya sin hacer noche, porque desde esta ciudad también sale el autobús que va a Luang Prabang en Laos. La única pagoda que visité, y que me encantó, fue la de Yuangotn Si, aunque tiene muchas más.


Pagoda de Yuangton Si. En esa agua verde había unas tortugas muy majas



La verdad es que poco más tengo que decir de esta ciudad, salvo que el metro funciona muy bien también. Por cierto, en todas las estaciones de metro chinas por las que pasé, por lo que supongo que será en todas, hay controles como en los aeropuertos, y hay que pasar los macutos por rayos X. Eso sí, llevaba una navaja suiza (bueno, no era suiza, la compré en un mercadillo en Irkutsk, pero tenía su navaja y sus accesorios) y pasó todos los controles sin despertar la más mínima sospecha, como luego haría también en algún aeropuerto...

Y vuelta al tren (como veis, siempre que hay tren lo prefiero al bus, sobre todo en estos países, que son muy baratos), aunque esta vez para un agradable y corto viaje nocturno de 10 horas hasta la maravillosa Lijiang (y esta vez en litera, aunque el tren llegaba a las cinco de la mañana, también es casualidad).





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