lunes, 7 de agosto de 2017

Albania: visado, moneda y otras curiosidades

El visado... pues más de lo mismo, para estancias inferiores a tres meses, no hace falta visado, basta con el pasaporte con validez mínima de seis meses. De hecho, ni siquiera te lo sellan. El trámite de la frontera de Montenegro con Albania fue el mismo que el de Croacia con Montenegro, ni siquiera nos bajamos del autobús.
La moneda oficial es el lek, que equivale a unos 132 o 133 euros. En cualquier caso, por lo menos en el norte (que es la única parte que conozco cuando estoy escribiendo esto, aunque luego viajaré hacia el sur) admiten euros en todos lados. Redondean a su aire, y algunas veces sale mejor pagar en euros y otras en leks, aunque la diferencia no suele ser mucha. Como en algunos bancos te cobran comisión (no en todos, pero en el único que hay en el camino a Valbona, en Bajram Curri, te cobran 700 leks), si no tenéis moneda albanesa cuando lleguéis allí, podréis pagar en euros y os saldrá mejor, porque os hacen un buen cambio.
El idioma es el albanés, que es una lengua indoeuropea que taambién se habla en Kosovo mayoritariamente, y en algunas zonas de Macedonia, Grecia e incluso Italia. Hay quien sugiere que deriva del antiguo ilirio, aunque últimamente ha surgido una teoría que lo haría derivar del dacio, aunque probablemente el ilirio y el dacio estarían emparentados. No me voy a meter en más follones, porque como me lea Toni, gran lingüista y mejor amigo, me puede cantar las cuarenta.
El nombre de Albania en albanés es Shqipëri/Shqipëria. Nada que ver.
Contrariamente a lo que se piensa (o a lo que pensaba yo, que no todo el mundo tiene que estar igual de equivocado), aunque la mayotía de la población de Albania es musulmana, hay un gran porcentaje de población cristiana (católica y ortodoxa), alrededor del 30%, aunque desde 1967 a 1991 fue un estado oficialmente ateo.

Iglesia católica en el valle de Theth
 Como buen navarro que soy, voy a meter aquí una cuña de historia desconocida por mucha gente incluso en mi tierra. Reinando en Navarra Carlos II de Evreux (el de Ujué), su hermano Luis estaba casado con la duquesa de Durazzo (actual Durres, en Albania), pero sin control sobre esa ciudad. Sin nada mejor que hacer, no se le ocurrió al tal Luis otra cosa que intentar conquistar Albania alegando los derechos que tenía su mujer. Para eso, su hermano Carlos le cedió la Compañía Blanca (o  Navarra), y allá que se fueron unos cuantos navarros a repartir mandoblazos por tierras albanesas, y consiguieron conquistar Durazzo en 1376. Pero hete ahí que Luis fue y se les murió ese mismo año, y a su viuda le dio por volver a casarse, por lo que los navarros se quedaron compuestos, sin novia y sin saber qué hacer. Ya que estaban bastante lejos de casa y no era cuestión de volver tan pronto, se enrolaron como mercenarios y aún estuvieron luchando contra los catalanes (curiosa la historia) y conquitando ciudades de la importancia de Tebas y Lebadia, aunque no pudieron con Atenas. En vista de lo cual, se dirigieron al sur, al Peloponeso, y se hicieron con el Ducado de Acaya, aunque, según palabras del historiador catalán Rubió, «sin acordarse nunca de su propia patria en sus conquistas, siquiera fuera para añadir á su corona un vano, pero ostentoso título de soberanía... El nombre de Navarino, si es que á ella se debe, es el único recuerdo, bastante glorioso por sí sólo, que ha dejado en Grecia...».
Hay una película de 1983 de Alfonso Ungría sobre este episodio. La vi hace muuuucho tiempo, por lo que no os puedo decir si era buena o no, no me acuerdo, simplemente constatar que existe.

No tiene nada que ver, pero de este suculento y colesterolérico plato que me zampé, lo primero parece chistorra. Sí, y lo de dtrás es una cerveza

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